Considerada una inmigrante, común y sencilla, Catalina de Medici se casa en la corte francesa del siglo XVI cuando era una adolescente huérfana que se esperaba que aportara una fortuna en dote y produjera muchos herederos, solo para descubrir que su marido está enamorado de una mujer mayor, su la dote no está pagada y no puede concebir. Sin embargo, solo con su inteligencia y determinación, logra mantener vivo su matrimonio y dominar el deporte sangriento que es la monarquía mejor que nadie, gobernando Francia durante 50 años.