En el Turín de finales del siglo XIX, la joven Lidia Poët, lucha contra todo y contra todos para conseguir lo que por derecho le pertenece: inscribirse en el registro oficial de abogados. Una profesión, por aquel entonces, reservada exclusivamente a los hombres. Sin embargo, nada pudo detener su sueño de convertirse en la primera mujer abogada en Italia.